Hamburguesa desarrollada en laboratorio se somete a testeo público
Una hamburguesa hecha desde el tejido muscular de una vaca y desarrollada en un laboratorio, se frió, sirvió y consumió en Londres el día de ayer, como parte de una singular demostración de una visión futura de los alimentos. La presentación de este novedoso invento alimentario se publicó a través de una transmisión por internet.
De acuerdo a las tres personas que la consumieron, la hamburguesa estaba seca y con aroma escaso. Uno de los testeadores, dijo que “la consistencia se siente como una hamburguesa tradicional”, pero que la carne probada es una “torta de proteína animal”.
El propósito de este testeo público, fue demostrar que este tipo de alimentos creados “in vitro” merece financiamiento e investigación adicional. De acuerdo al Dr. Mark Post, investigador Holandés perteneciente a la Universidad de Maastricht creador de la hamburguesa “artificial”, comenta que la carne creada en el laboratorio podría proveer de una alta calidad de proteínas para la población mundial creciente, evitando de esta forma problemas ambientales y en el bienestar animal relacionados con la ganadería convencional.
La carne fue producida usando células desde el tejido muscular del vacuno, específicamente de la parte alta de la espalda, las cuales se obtuvieron en mataderos. Posteriormente las células fueron multiplicadas en una solución nutritiva y puestas dentro de pequeñas placas petris, donde se convirtieron en células musculares y formaron pequeñas tiras de fibra muscular. Sobre 20.000 tiras fueron utilizadas para crear las 5 onzas de hamburguesa, la cual contuvo migas de pan, sal y algunos colorantes naturales.
Así mismo, el Dr. Post comentó que aún falta investigación y que probablemente tome 10 años o más antes de que la carne “cultivada” sea comercializable.
Los dos años que ha durado este proyecto para crear una hamburguesa, incluyendo los componentes para el testeo, ha tenido un costo de 325.000 dólares.
Estudios recientes han mostrado que la producción de carne “cultivada” en industrias, podría satisfactoriamente reducir el uso de agua, terreno y energía, además de las emisiones de metano y otros gases del efecto invernadero, comparadas con la producción convencional de carne.
Fuentes: www.nytimes.com, www.maastrichtuniversity.nl, www.lanacion.cl,