La UE regula el uso de los drones en la agricultura

Miércoles 09 de Abril de 2014
La UE regula el uso de los drones en la agricultura

Las nuevas normas abarcarán la seguridad, la protección, la privacidad, la protección de datos, los seguros y la responsabilidad, con el objetivo de permitir que la industria europea se convierta en un líder mundial en el mercado de esta tecnología emergente, garantizando que se adopten todas las salvaguardias necesarias

La Comisión Europea (CE) ha propuesto con fecha martes día 8 de abril establecer nuevas normas estrictas para regular las operaciones de los drones civiles (aeronaves teledirigidas), tanto en el uso agrícola como en otros campos en que puedan utilizarse, según ha podido saber Hortoinfo de fuentes comunitarias.

Las nuevas normas abarcarán la seguridad, la protección, la privacidad, la protección de datos, los seguros y la responsabilidad. El objetivo es permitir que la industria europea se convierta en un líder mundial en el mercado de esta tecnología emergente y, al mismo tiempo, garantizar que se adopten todas las salvaguardias necesarias.

Cada vez se recurre más a los drones civiles en países europeos, no solamente en agricultura sino en sectores distintos, pero con un marco normativo fragmentado. Aunque se aplican las normas nacionales básicas de seguridad, los requisitos varían en la Unión Europea (UE) y hay una serie de salvaguardias clave que no se tratan de manera coherente.

El vicepresidente de la Comisión encargado de Transportes, Siim Kallas, ha declarado que “los drones civiles pueden comprobar si hay daños en puentes de carretera o ferroviarios, supervisar catástrofes naturales tales como inundaciones o fumigar cultivos con gran precisión. Los hay de todo tipo y tamaño. En el futuro podrán incluso repartir los libros que hayamos encargado a nuestra tienda en línea favorita. Pero muchas personas, incluido yo mismo, tienen dudas sobre la seguridad, la protección y la privacidad en relación con estos dispositivos”.

La tecnología de los drones civiles está mejorando y hay posibilidades de lograr un crecimiento y una creación de empleo considerables. Según algunas estimaciones, su valor en los próximos diez años podría representar un 10 por ciento del mercado de la aviación, es decir 15.000 millones de euros al año.

Kallas ha añadido que “si ha habido algún momento adecuado para ello, y para hacerlo a nivel europeo, ese momento es ahora. Porque las aeronaves teledirigidas, casi por definición, van a cruzar las fronteras y la industria todavía se encuentra en sus primeras fases de existencia. Tenemos la oportunidad de establecer un conjunto único de normas con las que todos puedan trabajar, como hacemos en el caso de las grandes aeronaves”, indicó.

Ámbitos de regulación

Normas estrictas aplicables a toda la UE sobre autorizaciones de seguridad.

La seguridad es la primera prioridad para la política de la UE en materia de aviación. Las normas de la UE se basarán en el principio de que los drones civiles deben proporcionar un nivel de seguridad equivalente al de las operaciones realizadas con aparatos tripulados. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) comenzará a elaborar normas específicas aplicables en toda la UE a las aeronaves teledirigidas.

Controles rigurosos sobre la privacidad y la protección de los datos.

Los datos recogidos por aeronaves teledirigidas deberán cumplir las normas aplicables sobre protección de datos y las autoridades pertinentes deberán supervisar la posterior recogida y el tratamiento de datos personales. La Comisión evaluará cómo garantizar que las normas de protección de datos se apliquen plenamente a las aeronaves teledirigidas y propondrá modificaciones u orientaciones específicas en los casos en que sea necesario.

Controles rigurosos para garantizar la seguridad.

Los drones civiles pueden ser objeto de posibles acciones ilegales y amenazas a la seguridad, al igual que las demás aeronaves. La AESA comenzará a trabajar con el fin de establecer las condiciones de seguridad necesarias para proteger, en concreto, los flujos de información y, posteriormente, propondrá las obligaciones jurídicas específicas para todas las partes interesadas (por ejemplo, la gestión del tráfico aéreo, el operador, los proveedores de servicios de telecomunicaciones), que las autoridades nacionales deberán hacer cumplir.

Un marco claro para la responsabilidad y los seguros.

El régimen actual de seguro frente a terceros está concebido principalmente para aeronaves tripuladas cuyo peso (a partir de los 500 kg) determina el importe mínimo del seguro. La Comisión evaluará la necesidad de modificar las normas actuales para tener en cuenta las características específicas de las aeronaves teledirigidas.

Racionalizar la investigación y el desarrollo y apoyar este nuevo sector.

La Comisión racionalizará las tareas de investigación y desarrollo, en concreto los fondos de la UE en esta materia gestionados por la empresa común SESAR (Cielo Único Europeo), con el fin de que el calendario de comercialización de las tecnologías prometedoras para la inserción del sistema de aeronaves teledirigidas en el espacio aéreo europeo sea lo más breve posible. Las PYME y las empresas de nueva creación del sector recibirán ayudas a la industria para desarrollar tecnologías adecuadas (programas Horizonte 2020 y COSME).

Siguientes acciones

La Comisión llevará a cabo en 2014 una evaluación (de impacto) a fondo para examinar los posibles problemas existentes y definir las mejores opciones para resolverlos. Ello se podrá complementar con una propuesta legislativa, que deberán aprobar los Estados miembros y el Parlamento Europeo. Además, la AESA podrá empezar a elaborar inmediatamente las normas de seguridad necesarias. Otras posibles medidas podrán ser actuaciones de apoyo en el marco de los actuales programas de la UE, tales como SESAR, Horizonte 2020 y COSME. Todo este trabajo tiene por objeto alcanzar el objetivo declarado por el Consejo Europeo de diciembre de 2013, de garantizar la integración progresiva del sistema de aeronaves teledirigidas en el espacio aéreo a partir de 2016.

Fuente: http://www.chil.org/