Evaluación de dióxido de titanium en los colorantes alimenticios
La Autoridad Europea de Inocuidad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) completó su reevaluación de los colorantes alimenticios permitidos para su uso en la Unión Europea antes de 2009. En particular, fue analizado el dióxido de titanio, el cual está autorizado en los alimentos dentro de la Unión Europea desde hace muchos años.
Los especialistas, llegaron a la conclusión que la cantidad de dióxido de titanio (E 171) en alimentos no presentan preocupaciones de salud para los consumidores, basados en los datos toxicológicos disponible sobre esta sustancia. Sin embargo, recomendaron que se llevaran a cabo nuevos estudios para llenar los vacíos de datos sobre los posibles efectos y lo que les permitirá establecer una dosis de ingesta diaria aceptable (IDA).
Durante los últimos siete años, el Panel sobre Aditivos y Fuentes de Nutrientes Añadidas a la Alimentación (ANS por sus siglas en inglés) de la EFSA, ha reevaluado la inocuidad de 41 colorantes alimenticios, teniendo en cuenta todos los estudios y datos científicos disponibles. Siempre que sea posible, el dicho Panel ha establecido o actualizado una dosis de ingesta diaria aceptable para cada sustancia.
¿Qué es el dióxido de titanio?
Es un pigmento que se utiliza para proporcionar un efecto nublado y fondo blanco. Es aplicado principalmente en confitería, panadería y salsas pero también se encuentra en cosméticos y tiene muchos usos industriales.
Después de su ingesta, la mayoría del dióxido de titanio pasa a través del cuerpo sin cambios hasta ser eliminado, pero una pequeña cantidad (máximo 0,1%) puede ser absorbida por el intestino y distribuida a varios órganos.
¿Cuál es el margen de seguridad?
En estos casos, que no se dispone de los datos suficientes para establecer una IDA, los especialistas calculan un margen de seguridad para determinar si la exposición actual puede ser una preocupación potencial.
Se necesitan pruebas adicionales sobre el dióxido de titanio de calidad alimentaria, ya sea un estudio extendido de 90 días o un estudio de toxicidad reproductiva de múltiples generaciones o de larga duración de acuerdo con las actuales directrices de la OCDE, para poder aclarar los posibles efectos reproductivos que tendría esta sustancia y así poder establecer el IDA.
Fuente: EFSA