Información general sobre contaminación de alimentos por altos niveles de arsénico
La intoxicación por arsénico es el conjunto de signos y síntomas que se derivan de la entrada en el organismo del arsénico en cualquiera de sus compuestos orgánicos o inorgánicos.
Se presume que el arsénico al combinarse con ciertas enzimas, interfiere con el metabolismo celular, presentándose síntomas de intenso envenenamiento por arsénico entre los que se encuentran náuseas y dolor abdominal, seguido por la paralización del sistema circulatorio. El acentuado contacto con la arsina ocasiona la destrucción de glóbulos rojos y daño en los riñones; mientras que la exposición continua acarrea débilidad, enfermedades de la piel, anemia y trastornos del sistema nervioso.
Una nueva evaluación de la EFSA sobre la presencia de arsénico en alimentos indica un descenso de la exposición humana a este contaminante. El arsénico es un contaminante fruto de la actividad humana que forma parte del medio ambiente y que tiene capacidad para entrar en la cadena alimentaria.
Puede presentarse de dos formas: la orgánica y la inorgánica (la más tóxica). Los principales alimentos afectados, y considerados las principales vías de exposición de los consumidores, son productos elaborados a base de cereales, como pan, trigo o arroz, así como también el agua o la leche.
En un nuevo análisis de la Autoridad Europea de Inocuidad Alimentaria (EFSA), se constata que ha disminuido la exposición alimentaria a la forma inorgánica.
Los análisis sobre la contribución del arsénico inorgánico a la exposición humana a través de los alimentos han sido, y son, frecuentes.
La Autoridad Europea de Inocuidad Alimentaria (EFSA) elabora desde hace años de forma periódica estudios sobre cómo afecta esta sustancia a la salud de las personas, cuáles son los alimentos más implicados y los niveles de exposición. En 2010, como ahora, ya se constató que los niveles detectados de arsénico inorgánico en alimentos habían disminuido, y sirvió también para actualizar los valores máximos de exposición a este contaminante a través de la dieta.
Según la clasificación que establece la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), el arsénico corresponde a la categoría de "cancerígeno para los seres humanos" (Grupo 1). Los efectos suelen aparecer a largo plazo en forma de distintos tipos de cáncer, trastornos neurológicos, problemas cardiovasculares, endocrinos y renales. El arsénico inorgánico no cambia las características organolépticas del alimento, de ahí que la contaminación no se perciba.
FoodEx es un sistema basado en la descripción y clasificación de los alimentos cuyo principal objetivo es facilitar la evaluación de la exposición a través de la dieta a sustancias químicas. Desde 2008 se recogen los datos de 20 Estados miembros para clasificar, de manera armonizada, las cifras de consumo de alimentos. Esta herramienta forma parte de la Unidad de Recolección de Datos (DATEX), encargada de recoger y analizar números sobre el consumo de alimentos y la detección de productos químicos. Las cifras permiten hacer detecciones más rápidas a las exposiciones a sustancias tóxicas dentro de la cadena alimentaria. Los datos se consiguen a través de la realización de encuestas alimentarias divididas en categorías: edad (bebés y adultos), grupo de alimentos (unos 160) y tipo de consumo (regular o elevado).
La contaminación del agua con arsénico es natural ya que es de origen geológico a partir de los constituyentes mismos del acuífero. “En este caso, no se trata de un contaminante antropogénico”, aclaró la especialista.
Si bien el arsénico se puede encontrar en cuatro estados de oxidación, las especies inorgánicas de arsénico III y V son prevalentes en aguas subterráneas. Su presencia depende mayormente del pH, el potencial de óxido-reducción y la salinidad del agua.
Como ocurre con la mayoría de los elementos químicos, su forma química, el que esté en uno u otro estado de oxidación, formando una molécula orgánica o un compuesto inorgánico, determina su toxicidad y biodisponibilidad. “De ahí nuestro interés de diferenciar el arsénico III y V en el agua de nuestra región”.
El grado de toxicidad y la frecuencia de exposición al arsénico hizo que la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de EEUU jerarquice el problema en el listado de prioridades ambientales a atender.
La Organización Mundial de la Salud estima que el consumo prolongado de agua potable con un contenido de arsénico mayor de 0.01 mg por litro podría llegar a provocar arsenicosis. Sin embargo, no debe considerarse como un "límite de tolerancia" sino como un "valor de referencia" a nivel global. La OMS recomienda hacer estudios locales para determinar los límites de tolerancia reales.
Los valores efectivos podrían ser mayores si en la región se bebe menor cantidad de agua (no es lo mismo en áreas tropicales que en templadas).
Fuente: http://www.foodnewslatam.com/