Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte publicó recientemente una investigación en la cual se revisan la utilidad de las redes sociales en la comunicación de riesgos en alimentos y salud.

Se destaca la ubicuidad de los medios sociales en la comunidad, lo que deberían aprovechar los comunicadores de riesgos de salud.

Los autores destacan la importancia, para organizaciones de salud pública, de utilizar sitios como Facebook, Twitter e Instagram de forma colaborativa en vez de una comunicación unidireccional. Algunos estudios han encontrado que la participación en las intervenciones de estilo de vida se relaciona con el nivel de participación en un grupo de Facebook.

Las redes sociales también pueden ser útiles en responder a preguntas, creando instancias como chats online y participación de otras organizaciones.

Los autores también indican que las redes sociales influencian como los individuos obtienen información, debido a la cantidad de tiempo invertido en ellas. Existe bastante investigación en promoción de salud vía internet, la que puede ser más exitosa si se basa en teorías sociales y de cambio de comportamiento.

Sin embargo, poca investigación existe en los usos posibles de redes sociales en la comunicación de riesgos relacionada con enfermedades transmitidas por alimentos pero tiene gran potencial, al igual que en otras áreas de salud pública.

Los beneficios de este medio son la velocidad, la accesibilidad y la interactividad como los cuándo se requiere sensibilizar sobre un tema. Sin embargo, la falta de control para garantizar la exactitud de la información y la posible sobrecarga de información son dos de los problemas. Y se debe tener en cuenta que cuando las agencias gubernamentales, los académicos y las empresas tratan de involucrar al público en la seguridad alimentaria a través de las redes sociales, el diálogo en tiempo real es importante.

Fuente: http://www.ilsisurandino.cl/, www.foodsafetynews.com