La formación de los especialistas en manipular alimentos
Hasta hace pocos años cualquier persona se veía capacitada para trabajar en la empresa alimentaria; abrir un restaurante, un bar o una carnicería eran tareas sencillas que aparentemente no requerían de muchos conocimientos. Actualmente y debido a la normativa sanitaria que se debe aplicar, hay empresas que deciden cerrar o no abrir establecimientos alegando la presión por parte de sanidad. Este hecho no debería verse como un impedimento para dedicarse al sector de la alimentación sino como una oportunidad, de lo contrario las inspecciones sanitarias y la normativa que regula la higiene y seguridad alimentaria no deberían ser una imposición sino tareas de sentido común como debería ser el orden y la higiene.
El manipulador de alimentos es una figura importantísima dentro de la empresa alimentaria como buen conocedor de los procesos y clave para asegurar la higiene y calidad de los productos. Es básico que los trabajadores se formen para adaptarse a las nuevas tecnologías, procesos y sean expertos en su lugar de trabajo. Actualmente las empresas alimentarias deben cumplir con normativa que cambia constantemente y al igual que en otros ámbitos, formarse no deja de ser una manera de convertirse en una persona y un trabajador mejor capaz de adaptarse a los cambios y afrontar nuevos retos.
A menudo en algunas empresas de alimentación, al preguntar si la formación y capacitación del personal es importante salen respuestas como las siguientes:
- No hay tiempo
- Es una pérdida de tiempo
- Siempre es lo mismo
- Debemos hacer la formación en horas intempestivas
- No sirve para nada
- ¿De qué sirve si los responsables tampoco lo aplican?
- Me he puesto a trabajar y no a estudiar
- Las empresas del municipio no hacen nunca formación y tampoco tienen inspecciones de sanidad
Para todas estas respuestas diré que si no hay motivación e ilusión no podremos cambiar las cosas y en consecuencia a largo plazo las empresas quedarán estancadas y no podrán competir con las que apuestan por la formación y las buenas prácticas abiertas a nuevos cambios. Lógicamente esto debe ir acompañado de unos responsables líderes y abiertos, que crean en la formación, que se comparen con empresas también líderes, con ideas y proyección de futuro, que apuestan en la formación y en mejorar. Sin embargo, aparte de los manipuladores y los responsables de las empresas, es necesario contar con expertos en formación en seguridad alimentaria que sienten también ilusión y ofrecen nuevos sistemas formativos, que saben motivar a los trabajadores y responsables y están capacitados para ofrecer una formación de alta calidad. Sólo así nuestras empresas serán capaces de competir al más alto nivel, ofreciendo un producto de calidad y en consecuencia satisfacer al consumidor final.